sábado, 22 de octubre de 2011

Diferenciación: aprendizaje colaborativo y cooperativo

Es común utilizar como sinónimos lo colaborativo y lo cooperativo para significar los procesos de enseñanza. Sin embargo, muchos autores distinguen diferencias importantes que se deben tener en cuenta. Habitualmente se dice que los grupos colaborativos y cooperativos trabajan con miras a lograr un objetivo común o compartido. Sin embargo, este objetivo compartido tiene diferencias:

La cooperación reposa sobre la distribución de tareas y responsabilidades al interior de un grupo por alcanzar un objetivo.

La colaboración, por su parte, quiere que cada miembro, de manera individual sea responsable de alcanzar un objetivo. Los trabajos de grupo tienen por función ayudar a los miembros a alcanzar su objetivo. Todos toman parte de manera voluntaria y espontánea, y las contribuciones son en la misma medida en que cada uno está dispuesto a dar.

Resulta importante que el docente tome en cuenta la edad y la madurez del estudiante al momento de elegir una tarea cooperativa como parte de su evaluación, esta estrategia se adapta mejor a aquellos estudiantes que no han adquirido una madurez cognitiva todavía y que no manejan un repertorio amplio de estrategias de aprendizaje y, por ello, son menos autónomos. Es así como en un método cooperativo el grupo trabaja por un objetivo común y el resultado es evaluado de manera grupal brindando al docente más control sobre el aprendizaje, sin olvidar que este control debe permitir el desarrollo gradual de las habilidades colaborativas del aprendiz y estimular la autonomía de los estudiantes.

Se puede concluir entonces que el aprendizaje cooperativo tiene dos fines, primeramente el aprendizaje de un contenido a través de un producto determinado y segundo, lograr la autonomía creciente del estudiante.

Mientras tanto, en un método colaborativo tanto los productos como la evaluación son individuales. La tarea colaborativa contrariamente a la cooperativa, no es distribuida entre los participantes, sino que se compone de actividades de exploración de contenido, elaboración de representaciones y comunicaciones de ideas y de conocimientos. Estas actividades no son todas realizadas en grupo y por el grupo, necesariamente, como en el caso de la cooperación y aunque parezca paradójico, la realización de la tarea colaborativa se articula ante todo en torno a un proceso individual. En el método cooperativo, la interacción entre los estudiantes es poderosa, puesto que la contribución de unos toma sentido en la medida en que es completada por el trabajo de otros.

En este sentido tenemos que lo realmente importante de estar juntos en el método de colaboración sugiere para cada miembro la posibilidad de exponer sus ideas, hacer (al grupo) parte de sus logros y encontrar en el grupo inspiración y apoyo.


Como docentes debemos proponer actividades que favorezcan y faciliten la interacción, el desarrollo del sentido de pertenencia y que estimulen a cada integrante a involucrarse en el grupo.

Es necesario señalar que ambos métodos se complementan pues en la medida en que el estudiante pueda desarrollar en forma progresiva habilidades que le permiten tomar cada vez más decisiones y hacerse más responsable frente a sus aprendizajes (aprendizaje cooperativo) será entonces capaz de trabajar en colaboración, de relacionarse e interactuar con el grupo en donde tendrá un espacio que le brindará una rica fuente de información y le ayudará a realizar sus aprendizajes de una manera autónoma.

Natacha Castillo

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